viernes, 23 de noviembre de 2007

El período crítico

¿Qué sucede si alguien no aprende a hablar durante la infancia? ¿Existe un plazo para aprender el lenguaje, un período crítico?

Veamos el caso de "Gennie, la niña salvaje"

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7 comentarios:

laura Piñas dijo...

Me ha parecido impresionante la historia... a la vez que muy dura.
Creo que ningún ser humano debería sufrir lo que sufrió esta niña, es horrible.
Al margen de mis sentimientos,las imágenes de la niña y los gestos, me han recordado a los de las personas autistas, y me ha hecho reflexionar sobre si los tratamientos encaminados a este tipo de enfermos no serían de utilidad para personas "salvajes" como las que describen los videos.

Anónimo dijo...

Quizá la falta de coordinación entre los científicos fue el mayor error que éstos pudieron cometer. Pero estar ante un caso tan excepcional y único, seguramente hiciera mucho más difícil pensar y elaborar qué hacer con la niña.
Si en lugar de haber investigado a la niña, hubiera sido simplemente adoptada y re-educada, ¿podría haber sufrido menos? ¿podría haberse desarrollado de manera normal?

M. Angeles Terán dijo...

El vídeo me parece muy interesante y es cierto que sus movimientos son parecidos a los de los niños autistas pero en ella existe intencionalidad comunicativa y no hay rechazo al contacto social. Precisa la adquisición de estrategias para comunicarse. La niña muestra interés por todo aquello que la rodea, recibe estímulos visuales, táctiles, auditivos.. que tiene que ir asimilando y procesando, resultan nuevos para ella.
Los científicos se centraron cada uno de ellos en una parcela de investigación, de tal forma que se produjo una falta de coordinación entre ellos que ocasiona un gran desgaste en la niña y una investigación fragmentada, sin establecer interconexiones y sin un trabajo en equipo.
La niña realizó avances al ser capaz de emitir palabras, incrementar su vocabulario y estructurar frases sencillas.
Sus experiencias previas en la casa de sus padres fueron traumáticas.

Anónimo dijo...

Sin duda se trata de una historia terriblemente dramática y conmovedora. Este caso me ha dejado tremendamente impactada y me parece fascinante, tanto por las implicaciones éticas como lingüísticas que lleva consigo. En mi opinión la historia de Genie, no es más que otro ejemplo de crueldad extrema ampliamente estudiado, analizado y registrado con metodologías modernas. Una forma de confirmar los efectos nocivos del aislamiento y el maltrato en cuanto a la adquisición del lenguaje.
La historia de la rehabilitación de Genie es casi tan trágica como la de su infancia. Mientras pasaba de un científico a otro, de unos padres adoptivos a otros, el optimismo inicial de los que empezaron a cuidarla, se fue desgastando en juicios y amargura.
Podemos afirmar que la vida de Genie tras su encuentro por la sociedad, no fue agradable. Uno de los principales problemas fue que el equipo que se hizo cargo de ella no tenía objetivos claros sobre su actuación, se pelearon entre ellos por adquirir protagonismo, pasó de una familia de adopción a otra, se dedicaron a investigarla en beneficio propio más que a trabajar por su integración en la sociedad.
Este caso, cual trágico y cruel «experimento», confirman la importancia de un medio ambiente lingüísticamente propicio para la adquisición del lenguaje, así como el hecho de que existen limites a lo que un individuo puede aprender si no crece en un medio que le proporcione contacto social, psicológico, afectivo y lingüístico..
En el debate entre la genética y el entorno, entre lo innato y lo aprendido, este caso finalmente confirma que ambos elementos son esenciales para hacernos lo que somos.
Estoy totalmente de acuerdo con Ana Isabel, en la importancia de trasladar todas estas reflexiones a nuestra práctica diaria como profesionales y a las intervenciones que realizamos.
Otra película que también trata el caso de personas que han padecido un aislamiento extremo durante su infancia es Nell de Jodie Foster y Liam Nelson. Os la recomiendo, es muy interesante.

Anónimo dijo...

Veronica Portilla García

Una historia muy dramática y triste. Me impresiona lo cruel que el ser humano puede llegar a ser con sus iguales. Conocía el caso de Victor, ya que nos lo contó la profesora Andrea en La Salle pero no el de la niña Gennie que realmente me ha conmovido. Al margen de los conflictos éticos que genera este caso por los estudios que hacen a Gennie durante años no se consigue llegar a una conclusión clara sobre la existencia de un periodo crítico para la adquisición del lenguaje debido a la ambiguedad de resultados. Claramente Gennie no consigue desarrollar el lenguaje a pesar del ambiente educacional que se le proporciona, si consigue comunicarse, pero no llega a desarrollar frases gramaticalmente correctas.
Según el estudio de las ondas de sus sueños Gennie tenía un severo retraso, según su linguista Gennie en base a sus progresos no era retrasada hablando de un retraso genético.
Como afirma mi compañera Ruth lo que podemos concretar es que para ser la personas que somos es necesario lo innato y nuestro entorno.

Anónimo dijo...

Magdalena Vela:
La historia de Genie me ha impresionado y dejado profundamente conmovida. Estoy de acuerdo con mis compañeras en especial con Ruth Bravo y Verónica Portilla, que no se tomaron las medidas adecuadas: en primer lugar todo niño necesita un modelo vivo al que vincularse afectivamente e imitar, en este caso como los padres resultaron ser tremendos, un hogar de acogida con padres de verdad hubiera sido lo correcto y luego unos terapeutas como aparecen el vídeo. Lo que se extrae de ellos es que no tenían una idea muy clara de hacia dónde se dirigían, qué querían demostrar. Está claro que primaban los intereses personales sobre el de la niña. Se tenía que haber intervenido dejando claro cuáles iban a ser sus padres desde el principio y escoger a unos que afectivamente se implicasen.
Considero un error el que la niña volviera con la madre, estaba claro que aunque su marido fuera un maltratador, cuesta creer que éste le impidiera el trato con ella y aceptase el aislamiento de su hija. Estaba claro que era una madre inadecuada. También la demanda que presentó junto a los abogados a los investigadores, deja claro que sobre ella priman más otros intereses que los de su hija, qué madre es capaz de renunciar a su hijo por que sea muy difícil convivir con él. Hay casos, seguro, pero la mayoría de los progenitores se hacen cargo de niños con más dificultades que los de Genie. Los padres que después la acogieron, tampoco eran adecuados, no estaban preparados; como se demostró cuando la castigaron de forma tan severa, después se vio que la niña volvió al mutismo como defensa personal.
Creo que desde el principio un tribunal de derechos humanos debía haber previsto un hogar permanente para la niña, se ve que la ciencia y los intereses de científicos estaban por encima de sus derechos. Al final las medidas que toman son como parches de una persona, Genie, que ya no es interesante y tampoco se molestan en estudiar unos padres adecuados para ella como se ve.
No estoy de acuerdo con la lingüística que dice que la niña hace frases como por ejemplo “zumo comprar tienda” demuestre una incapacidad mental. Esto es muy propio de cuando se aprende una lengua nueva, el emitir frases como “Yo comprar ayer boli” Expresa que el sujeto compró un boli ayer. Esto son frases que hacen mis alumnos chinos todavía y algunos llevan casi un año. Ellos nunca estuvieron impedidos del oír lenguaje y poseen ya una lengua vehicular propia. Quizá hubiera habido que esperar más, no se podría esperar que a alguien que se le castiga por hablar como le ocurrió a Genie y que sufriera maltrato por emitir ruido, con los daños psicológicos que eso conlleva siga los mismos patrones que debiera llevar un niño normal en la adquisición del lenguaje. Aquí quizá, Ángeles, nos quiera hablar del conductismo, está claro que para Genie hablar no era algo bueno, no se la estimulaba para ello, todo lo contrario sus padres la castigaban, al final no hablar es lo que ella cree que la defiende para que no la castiguen. Os aconsejo consultar Wikipedia, en la cual se habla de estos niños salvajes a lo largo de la historia y cito una frase con la que no estoy de acuerdo “Asimismo, se pudo comprobar que el dominio del lenguaje en estos niños no va acompañado del desarrollo gramatical, si bien la expresión de las ideas parece ser algo innato en el ser humano.” En el caso del estudio de Genie no creo que la falta de desarrollo de la gramatical implique nada más que falta de tiempo para conseguirla, la flexión verbal y el empleo de conectores como preposiciones, conjunciones (palabras con significado gramatical) son aquellas que más se tardan en adquirir. Las palabras con contenido léxico (verbos, sustantivos, adjetivos) son las primeras. Creo que en este caso no ha habido una correcta maduración de los niños, tanto de Victor como de Geni no se les dio el tiempo necesario para que esta apareciera, dado que se suspendió su aprendizaje.
Un abrazo y sigo más abajo… No me permite escribir más.

Anónimo dijo...

Magdalena Vela:

Sí que se ha demostrado en cierta manera que hay un periodo crítico para ciertas cosas, quizá no para hablar o tener lenguaje, aunque sea reducido como lo hacía Genie se ve que logró ser capaz de aprenderlo y comunicarse aunque no fuera con la corrección gramatical que se esperaba. Este periodo crítico ha sido con respecto a la relación inteligencia – lenguaje. Estos estudios se han hecho con niños sordos que tenían lesionado el oído interno, lo cual les impedía recibir el lenguaje oral. Más tarde se descubrió que se podían hacer implantes cocleares. Esto supuso que se estudiase que si el implante se realizaba en un periodo posterior entre los siete-nueve años, el lenguaje podía adquirirse, con mejor o peor desarrollo del mismo; pero la inteligencia o el desarrollo intelectual sería limitado. Es decir, estos niños aprenderían lengua pero su desarrollo, su inteligencia tendría déficits. También se han visto ciertos déficits de inteligencia asociado con el retardo en el lenguaje en niños con entornos menos favorecidos y de barrios marginales.
Creo, como dice Silvia y Ruth, que ambos entorno y genética son ingredientes que condicionan el aprendizaje. En este caso lo que único que se ha demostrado es que verse privado de estímulos, condiciona el desarrollo normal de la inteligencia y de todo el individuo. No creo que Genie tuviera otra limitación nada más que el haberse privado de un medio normal de desarrollo; lo cual ha restringido su inteligencia y equilibrio emocional, afectivo, motor, etc.
Posdata: perdonad la extensión y gracias por leerme los que han llegado hasta aquí.
Un abrazo